miércoles, 30 de octubre de 2013

¿Qué escribir?










¿Qué escribir cuando ya está todo dicho?













.

lunes, 7 de octubre de 2013

Dale che.

Sentarse frente a uno mismo y decir:
"Mierda tengo tantas cosas por cambiar" y sentir que el tiempo no alcanza y que no sabés por donde empezar.
Te colocás en la vereda del egoísmo y comenzás a pensar que es lo que te hace bien y lo que te hace mal.
Y ahí empieza la lista preocupante cuando te das cuenta que realmente el 50% de las cosas que creías que te hacían bien, son las que por dentro te bajan las alas y te llevan a estar sentada frente a una pantalla para tratar de definir en palabras lo raro que sentís adentro. Si, como ahora.
Esa mitad de cosas, ideas, sentimientos o vaya a saber que corno son, me envuelven y me tiran abajo... Y déjenme decirles señores que la única culpable es... (Redoble de tambores) YO!
Que pelotuda jajajaja
Más si, dejemos las cosas como deben ser, y comencemos de cero.
Nena vos mirate al espejo y promete que vas a hacer algo por ser un poco mas coherente, y vos niña interior cerra la boquita de vez en cuando pero no dejes que me amargue la vida.
Vos, mujer confiá en vos, que hasta ahora venís logrando cosas increibles.
Y Yahía completa, haceme un favor, dejá de pelotudear y tomá las decisiones correctas. Y aunque te cueste un poco, usa más la cabeza y un poquitito menos el corazón.

viernes, 9 de agosto de 2013

Lo mejor.

Que carajo será esto?
Un nuevo comienzo, una pausa, punto y coma, suspensivos? Anda a saber... Lo que se, es que es un cambio. 
________________________________________________

Cambios, por más mínimos que sean, nos acercan o alejan de nosotros mismos. 
Lo importante es que seamos conscientes de eso. Y entender que si el cambio es por decisión propia aseguro que los resultados van a ser buenos.
La adrenalina de no saber como saldrán las cosas, querer intentar algo diferente, ser parte de algo distinto, encontrarse, me resulta increíblemente atractiva. 
Y no se si será por mandada, incoherente o todo lo contrario, que todos las decisiones rotundas y menos pensadas me salen para el mejor lado. O por lo menos hasta ahora vienen con las mejores ondas. Será eso? Será la buena onda que uno le pone, el entusiasmo y la necesidad de querer que las cosas brillen sin importar que afuera este lloviendo?

No se si esta malo o bueno, pero se siente increíble. 
La libertad de poder tomar una decisión y ser responsable de ella es, déjenme pensar la palabra correcta... lo mejor. 

lunes, 5 de agosto de 2013

A los ojos que no se ven en el espejo.

Mirarse en los ojos de alguien. Suena medio cursi, pero no es para tanto.

Hay formas de creer y formas de pensar, de ver y de sentir. Pero sobre todo de vivir.
Existen opiniones, suspiros, palabras, tediosos silencios, amores, amigos, ideas, cosas, miradas.
Hay espacios, limitados y grandes, hay tiempo y ganas de detenerlo.
Hay sonrisas, gestos, manos y ojos. Y donde comienza todo, termina la magia, los ojos.

Mirarse en los ojos de alguien y tratar de entender que piensa, que dice, que necesita decir y no puede.
Y te miro, y quiero poder explicarte que no tengo poderes, aunque me hagas sentir que los tengo.

Mirarse en los ojos de alguien para poder comprenderme, sin saber que se toma la decisión correcta. ¿Cómo me guío? ¿Cómo se toma una decisión cuando hay dos caminos que se cruzan?
Si nadie dijo que llegar a la luna fue fácil, es lógico que llegar a tu alma no va a ser un juego de niños. Pero creo que encontré la puerta. Encontré tus ojos.
Y digo encontré porque no son esos redonditos que ves en el espejo. Son esos que brillan con el canto de una guitarra y se duermen en un beso. Los que sonríen cuando llorás y los que viven cuando soñás. Esos que parecen ser serios y tratan de serlo, pero a mi no me mienten, esos ojos son de un inocente principito que camina en un desierto lleno de dudas y con ganas de saber todo, absolutamente TODO.

Mirarse en los ojos de alguien y creer que se pierden en la profundidad de las dudas. Sabías que los ojos confunden cuando estás confundido? Y se pierden en la nada cuando te sentís perdido?
Yo tengo un consejo para no perderse. Tengo un secreto que te voy a contar...
Mirate en los ojos de alguien más y tal vez entiendas porque esos ojos también miran.


martes, 30 de julio de 2013

Guarda con el charco.

Fuimos, somos y seremos, seres propicios a cometer errores. 
Qué bronca y al mismo tiempo que fantástico que el errar esté en la naturaleza humana. Qué la adrenalina de estar por meter la pata nos vuelva tan inmunes, tan idiotas, tan poco racionales. 
Qué paradójico no? Dos opuestos en nuestra naturaleza: equivocarse y ser racionales. 
Acaso no dicen los que saben que si pensamos antes de actuar no cometemos errores. JA sabía que se equivocaban.

Pero claro, socialmente tendemos a tratar de estar atentos en no dar un paso en falso, pero no porque no queramos parecer irracionales, sino porque la pensamos demasiado. Especulando y haciendo hipótesis de todas las cosas que pueden llegar a pasar si: cruzamos la calle, miramos el cielo, mandamos un mensaje, lloramos, reimos, decimos la verdad, mentimos, queremos, odiamos, soñamos, vivimos. Basta para mi, basta para todos. 

No voy a negar que soy de esas personas que tiene miedo a equivocarse, de pisar el palito, de meter la pata. Pero no por hacerme alguna que otra marquita más en el codo, u otro moretón en la pierna, sino porque siempre que nos la mandamos, alguien liga de rebote. 
Siempre que nos equivocamos estamos lastimando a alguien más. Ya mucho tenemos con ser culpables de nuestras marcas como para causar alguna lágrima en alguien, importante o no, pero inocente. 

Y es por eso que trato de mirar bien donde voy a pisar, porque los charcos suelen salpicar más de lo que creemos.   

martes, 23 de julio de 2013

Hace falta mucha garra

"No por miedo a perder vas a dejar de intentar. "
"El no ya lo tenés."
"No perdés nada intentando. "

Y así hay muchas frases recurseras que tenemos en la cabeza porque por fuerzas divinas, todo el mundo, inclusive yo, repite cuando aconsejamos, escuchamos, ponemos la oreja, la mano, el hombro, y dedicamos el día a salvar el de otro.  
Pero ese es el problema, una frase no es útil solo por poder aplicarla a en algún consejito, sino porque la aplicamos a nosotros mismos. El secreto: esto debe ser sin que nadie nos la diga en ese momento. Sentarnos, hacer introspectiva y entenderla por cuenta propia. Si, llego a nuestra cabeza gracias a que la repetimos reiteradas veces y más de una vez nos la dijeron a nosotros. Pero hasta no llegar un poquito más adentro, más allá de nuestras neuronitas, no surge efecto. 
La tendremos que sentir, llorar, sufrir y repetir. Diga dos Padre Nuestros, cinco Ave María, tres veces el Himno nacional, ocho el de la Alegría y por último tóquese la punta de la nariz con la lengua. Ahí podrá entender de una vez por todas, que al fin y al cabo, no importa cuantas veces nos digan las cosas, podemos no comprenderlas ni convertirlas en nuestras. Vale la pena el esfuerzo, y no por eso voy a dejar de dar consejos. Pero no querramos convencernos de que por decirlo lo entendemos. 

Hace falta mucha garra para que un pensamiento, se vuelva creencia y para que eso se haga práctica. 

Puedo decir que hasta ahora hay una que me la podría hasta tatuar:
"El no ya lo tenés".

Ahora solo me falta aprender a decir no. 

lunes, 22 de julio de 2013

Nunca enfoqué mejor

Te tengo en frente y es raro.
Es raro que por primera vez te esté mirando.

___________________________________________________

¿Quién no tuvo la manía de hacer las cosas pensando en el futuro? En lo que mañana vendrá. Sin darse cuenta que primero que nada, el tiro puede salir por la culata e ir para cualquier lado, hasta para el menos esperado.
En definitiva vivimos atados a lo que podrá ser y no a lo que es hoy y ahora.

Decidí ver lo que tengo a mi alcance, que en definitiva es con lo que puedo obrar, por lo que puedo luchar para mantener, para hacer mejor. Pero sin pensar en cuanto tiempo, ni para cuando. Sin buscarle un plazo cuando no es necesario, ni una fecha de vencimiento. Sino pensando en que  hoy me hace ser mas fuerte, feliz, me hace ser yo.

Sin querer deje de ver para atrás, sin darme cuenta deje de hacer puntitas de pie para conocer lo que vendrá y espiar el horizonte, para ver lo hay en mi presente, lo que tengo al abrir los ojos.
Y créanme señores, nunca vi más claro, más nítido. Nunca enfoqué mejor.

martes, 16 de julio de 2013

Conocerse

Ella cierra los ojos y siente como de alguna forma, las cosas comienzan a cambiar de color. Pero uno distinto, que le atrae y al mismo tiempo la asusta. Como ese miedo a lo extraño, a lo que no nos resulta familiar.
Los abre y se desconoce. 
Tiene un espejo en frente, decide mirarse, comienza a analizarse. 
Un raspón ahí, un gesto acá, un lunar en la mano izquierda, un brillo particular en su mirada, la piel con más energía. Volvió a desconocerse. 

Encontraba consuelo al cerrar los ojos, porque volvía a encontrarse con la persona que creía ser, la que siempre fue. Suspiraba y cantaba gritando en silencio, tratando de concentrarse en otra cosa que no fuera aquella imagen tan rara de ella misma. Y se sintió mejor, a tal punto que decidió darle un nueva oportunidad a la "ella" que era ahora. 

Volvió a observarse, pero esta vez de otra manera, con los ojos del alma. 
Se encantó de esos brillos, de esa calidez, de esa sonrisa. Y se sintió en casa, aunque no se reconoció por completo... y pensó que los cambios podrían valer la pena. 
Mejor dicho, lo afirmó. Y decidió levantar la cabeza que por tanto tiempo había llevado gacha. 
Y ahí la dejó, donde todo el mundo pudiera mirarla, donde todos pudieran conocerla.

Hoy es lo que por mucho tiempo espera ser. 

viernes, 12 de julio de 2013

Espejito, espejito.

Hay vidas que se basan en cuentos. 
Error. Los cuentos se basan en la vida. 

Había una vez... porque si voy a escribir un cuento es obvio que hay que empezar con esa frase. 
Había una vez un alguien, si, un alguien. Que tenía miedo de mirarse al espejo. Al espejo? Si, al espejo.
Espejito, espejito... dime lo que quiero saber, muéstrame lo que quiero ver" 
Este alguien le tenía miedo a esa respuesta, a si mismo. Y aunque el espejo siempre le mostraba lo que él esperaba ver, nunca estuvo conforme... 
 Pero de repente, llego otro alguien (esto con tantos alguienes confunde un poco, anyway...) que le dijo algo muy sabio: 
"Los espejos no muestran la verdad, muestran lo que nosotros queremos ver... y muchas veces, queremos mal, nos equivocamos al confiar en algo tan material, ilusos, sentimos que como lo podemos ver y tocar, es confiable y es lo correcto, lo que nos hará bien. Querido, el espejo miente, la mayoría de las veces"

Y entonces, los alguienes se miraron, cerraron los ojos y se miraron mejor, pero esta vez, sin abrirlos. 


lunes, 8 de julio de 2013

In

Seguridad
Cómo una palabra puede volverse tu peor enemigo, puede ser tan fuerte como para debilitarte.
Cómo te quita tanto...

Que difícil es saber que las cosas no son tan simples y que podés estar cometiendo un error.
Estar ahí a punto de pisar el palito, y sin darte cuenta, lo haces, con todas tus fuerzas, estás errando, y a decir verdad ni intentaste evitarlo.

No sabes cuales son las razones, pero algo adentro tuyo dice que si pasa, es tu culpa. Y levantas la cabeza, y le haces tu peor gesto al destino y le gritas: No macho, esto no me lo merezco.
Pero lo gritas en silencio... Y solamente vos lo escuchaste, y no terminas de convencerte. No terminas de estar seguro... Por que esa palabra no te caracteriza como antes. No existe. Y te diste cuenta tarde, que la seguridad es subjetiva. Donde pensaste que estabas bien, amarrado para no caer, olvidaste ver que los cables posiblemente estaban viejos, sucios y sueltos. Era cuestión de una simple lluvia para terminar de cortarlos. Y vos, ahí seguro. Te creías seguro. Que nada podía desatarte. Iluso.
Vinieron y te dijeron muchas veces que no todo es lo que parece. Pero creíste en tu instinto, en tu corazón.

Y de repente eso que no pensabas, pasa. Se suelta un cable, uno menos, el más grueso, el que todo lo sostiene, el que te daba seguridad aunque no lo vieras.
Y aunque todavía seguís atado a varios, son muy finos. Los ves, pero te dan miedo. Miedo a que pase una brisa de otoño, o que el sol este muy caliente, o la lluvia sea ácida. O hasta que un inocente pájaro se pose sobre el.

Que difícil saber que las cosas no son tan simples.
Y que de un segundo a otro te sentís cincuenta centímetros mas pequeño. Como un niño de 5 años, que no se anima a subirse a la bicicleta, hasta que le pongan las rueditas.

"Mami, poneme las rueditas, que se que así no me caigo"
Dame algo para apoyarme para pensar que estoy en buenas manos.


domingo, 30 de junio de 2013

Antes.

Siempre escribo pensando en algo... claro, es lógico, uno piensa todo el tiempo. Pero tengo la manía de no pensar con al cabeza y creer que si lo hago. 
Error, warning, warning. 

¿Cuál es la diferencia de pensar con la cabeza a pensar con lo que llamamos "corazón"? No se. Y la verdad, no se si me gustaría saberlo tan detalladamente. Creo que nadie termina de entenderlo bien. 
Una depende de la otra, no hay pensamiento que no vaya combinado con una emoción. Y como sabemos, los pensamientos vienen de la cabeza, y la emoción del corazón, así que, discúlpenme los pensadores, aquellos que razonan todo y buscan la forma de explicarlo de forma teórica, pero no hay NINGÚN pensamiento que venga solo, y que no nos genere algún cosquilleo... Hasta el mínimo conocimiento o tema aprendido genera satisfacción o rechazo... Quién iba a pensar que entender el Teorema de Pitágoras iba a ser la razón de una sonrisa, no?

Y soy de esas que trata de buscar ese equilibrio y que oculta, o por lo menos trata de esconder cuando la emoción gana sobre el pensamiento...
Si no fuera por nuestra cabeza, no entenderíamos que quiere decir que una mirada nos haga sonreír, o que una sensación genere una lágrima. 
Pero saben que, hay algo que siempre olvido...
La razón puede venir de la emoción. Porque a diferencia de algunos, yo creo que el sentimiento está antes del pensamiento. Si lo vemos así, no está tan mal dejarse llevar por lo que uno siente. Y eso, me gusta. 

Antes de decirlo, pensamos cómo. 
Antes de pensar, tenemos que sentir. 


sábado, 15 de junio de 2013

Sol...

La libertad de poder expresarme en letras, es inigualable. Y peligroso.
Qué responsabilidad la de usurpar las palabras que alguien alguna vez, vaya a saber porque decidió crear, formar o simplemente balbucear, para decir lo que pasa por mis ganas.
Qué difícil saber que pueden ser usadas de mejor forma, de no saber si es la correcta, si en serio me estoy dando a entender, si quiero decir lo que mis palabras hacen sentir, lo que mis elecciones transmiten.  
La responsabilidad de dejar en claro que las palabras no son mías sino lo que imagina tu mente cuando las lee, eso es lo que da miedo. 
Si escribo la palabra "sol", creo que vas a pensar en un hermoso paisaje, brillante, y en esos rayos calentitos... ¿Y si te recuerdan a alguien que deseabas olvidar? ¿A esa sensación que nos pone los pelos de punta y te hace lagrimear cada domingo? ...Qué complicado.
La libertad de expresarme tiene sus ventajas, pero me convierte en vueltera, dejando a la deriva las oraciones, para que alguien con ganas de leerme, escucharme o entenderme, las organice.
Porque para decir que a veces siento que lo que digo no se entiende ocupé mas de diez renglones. 
Cuando era simple. 

Para decir que tengo sueño, comienzo explicando porqué me levante temprano. 

martes, 11 de junio de 2013

Soy una mujer que escribe

Esto de no saber guardarse determinadas cosas te deja expuesto, suelto. Solo, en un mar de cuestiones que para uno son coherentes, para otros incomprensibles (la mayoría de las veces).

Siempre me costo comprender como algunos podían tener esa capacidad de cerrar la puerta y convertirse en un libro sellado a prueba de todo, mientras que algunos revoloteamos dejando toda la estela de creencias, opiniones y pensamientos en el aire. Ingenuos en pensar que está bueno ser transparentes, errados al olvidar que dejamos todas nuestras debilidades ahí, frente a todos, sin excusas ni mentiras. Qué débiles que somos al pensar inocentemente en que no le hacemos mal a nadie, cuando en realidad existe la posibilidad de dejar que nos lastimen.

Y cuando leí esto:
"Una mujer que escribe tiene el alma a flor de piel" - Usuario de Facebook desconocido.


Entendí todo..

martes, 14 de mayo de 2013

Tanto tie...

Tanto tiempo. ¿Cómo andas?
Sabía que ibas a volver, esos ojos no se olvidan, no, esas manos no pasan desapercibidas.
¿Cuánto tiempo paso? días, meses, creo... No estoy segura, se sintieron años.  Pasaron tantas cosas en el medio. Pero...
Contame qué se siente, cómo fue, cuándo te diste cuenta... ¿No fue fácil, no?
Que lindo escucharte de nuevo en cada sonrisa. Debo admitir que te extrañé.
Pero para... No te sientas triste, lo importante es que volviste. Y te digo un secreto... Hay un no se qué en tu cara que me dice que algo en vos cambió, estás diferente.
Pero diferente bien eh, no diferente mal. Ese cambio que te llena los ojitos de lágrimas cuando caes en al cuenta de que las cosas siempre van a mejorar. Ese.
Tanto tiempo che... Siento que no puedo dejar de hablar, las palabras salen solas, las letras se confunden y las teclas se me traban. Y eso que el teclado es nuevo... Si, te extrañé mucho parece.
¿Que lindo el día no? ¿Por qué te pregunto eso? Y.. Así no sacamos siempre temitas de conversación, que le vamos a hacer si no me contas nada, y eso que seguro tenes capítulos de drama, suspenso y comedia para mis hojas... Ya te vas a soltar, se que me necesitas tanto como yo a vos. De a poquito, despacito.
Tengo que confesarte algo, me habían dicho que era probable que no vuelvas, que las cosas andaban muy bien por allá afuera, que no tenías ganas de verme como antes. Ah, se equivocaron... ¿En serio me decís? Me alegra tanto escuchar eso. No se porque, no es que seas la única persona que me visita, pero siento que me entendés, que tenemos mucho en común, o mucho complemento, una de dos. Sos especial.
En fin, que lindo verte por acá. Me llena el alma.


- Prometo visitarte más seguido.



miércoles, 17 de abril de 2013

Borrar.

Escribir y borrar, creer en algo y de repente pensar en otra cosa, sentir y olvidar. Con un solo tic del reloj o la primera brisa de otoño. 
Escribir y borrar, como por arte de magia se ve un cambio, que no notas, corre el escalofrío como si fuera invierno, como si tuvieras cuarenta grados de fiebre, y no. Es solo el pánico. La inseguridad. 
Te das cuenta que estas lejos de eso que tanto conocías, de esas páginas que venías redactando desde que comenzaste con el "Había una vez" y esperabas ansioso por firmar con un "Y comieron perdices".
Escribir y borrar, cada centímetro de seguridad que corría por tus venas, la sensatez y el sentido común que dejaste del otro lado de la vereda se fueron, corrieron tan lejos como fue posible.  Y vos, observando como con el tac del reloj y el próximo relámpago del invierno todo desvanece. 
Escribir y borrar, escribir, leer, releer y borrar. Y darte cuenta que todo lo que pensabas ya es pasado, lo escrito ya se esfuma en el tiempo, pero no el espacio, dejando en una tecla la posibilidad de acabar con su existencia.

Borrar. Que fuerte.

jueves, 11 de abril de 2013

Día.

Desde el comienzo, desde el final.
Empiezo como más me plazca y así decido terminar.
Me encontrás donde menos lo esperas porque así lo quise, porque las predicciones me terminaron resultando insulsas después de tanto leer horóscopos.
Y así, después de tantos intentos fallidos por tratar de comprender el orden de las cosas, es que deje que el mundo fluya como debe hacerlo, para el lado que le parezca. No hay un norte, sur, este u oeste. Hay un camino. O varios. Pero el mundo, mi mundo elije solo un rumbo.
No hay un segundo en que no crea en que es suficientemente lógico esto que pienso, hasta que me doy cuenta que mi cabeza no respalda esto.
De donde sale, vaya a saber uno...
De donde viene y a donde va, no tengo idea.
Pero si de algo estoy segura es que me subí a ese tren. Y decido irme lejos si es necesario, para poder disfrutar ese viaje. El de la sorpresa, el de no saber si hay un mañana, cerrando los ojos con el deseo de volverlos a abrir, dejando que el sol se haga cargo de mostrarme lo que necesito y debo ver.
Pero en definitiva, empecé como quería y así espero terminar.


lunes, 11 de febrero de 2013

Resultó que existía un comienzo.

Había una vez una loca.
Y así comienza la historia, la que algún día tendría que contar para poder explicar varios porqués, maldita manía que tengo de explicar y dar razones a todo lo que hago y dejo de hacer.

Se  levantó medio cruzada hace 6 años, cuando sus dulce quinces se asomaban por la ventana, cerrada para evitar  que los rayos de luz la despertaran, todavía la tonta no sabía que era un de las mejores formas de comenzar el día. 
Medianamente dentro de una vida estructurada y rutinaria, en la  que ella sentía que todo marchaba bien, se levanta de la cama, con la sonrisa un poco chueca y ganas de hacer pis. 
Pasaron algunas horas y cuando llega la  hora de ir a hacer lo suyo, sale. 
Se va a bailar como todos los miércoles,  la espera un flamante piso que ella desearía que fuera de madera. 
Play en el estereo, vuela por tres horas y vuelve a casa. Así se repite al día siguiente y al otro.
La dulce espera de una semana para volver a sentirse ella. 
Pasan tres años. Y al irse creyó que esa magia la seguiría adonde fuera. Pero parece que estaba muy confuso el camino. Tardo 2 años en volverla a encontrar. 
Nunca es tarde. La loca volvió a volar. 
Y comprendió aquello que siempre repitió insulsamente, encontró su significado. 

Bailando la vida, porque así es como debe ser, sin detenerse aunque la música lo haga, la verdadera melodía no se escucha, se siente.