miércoles, 20 de abril de 2011

Una visión y una idea por cada lector que intente entenderla.

Una estrella tiene ganas de llorar, me lo dijo aquella noche que olvidaste llamar...
Aquella estrella tiene ganas de aprender a volar, sonreír y no olvidar aquellas ganas de soñar.

Eran las tres de la mañana, ella estaba sentada en su cama, mirando el teléfono, sabía que exactamente en siete minutos, cuando suene, las cosas cambiarían y su destino no sería el mismo. Todo pasaría a tener una explicación, como una respuesta esperada por años, como un suspiro en medio de la oscuridad y una luz al final de túnel.
El tiempo pasaba, la impaciencia volvía, ella no tenía forma de escapar, había algo más que la unía a ese compromiso. Las ganas de correr no le faltaron, pero no lo hizo; era su responsabilidad, de nadie más, de mirar a esa persona en particular a los ojos y ganar todo o quedar en la ruina.
Su felicidad colgaba de un hilo, de una mano de un corazón estaban sus sueños y junto con la esperanza partía el olvido.
Que pasará por su mente, que estarán mirando sus ojos, que podrán decir sus latidos?
Que quiere ella que pase? Que espera que suceda?

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