Los abre y se desconoce.
Tiene un espejo en frente, decide mirarse, comienza a analizarse.
Un raspón ahí, un gesto acá, un lunar en la mano izquierda, un brillo particular en su mirada, la piel con más energía. Volvió a desconocerse.
Encontraba consuelo al cerrar los ojos, porque volvía a encontrarse con la persona que creía ser, la que siempre fue. Suspiraba y cantaba gritando en silencio, tratando de concentrarse en otra cosa que no fuera aquella imagen tan rara de ella misma. Y se sintió mejor, a tal punto que decidió darle un nueva oportunidad a la "ella" que era ahora.
Volvió a observarse, pero esta vez de otra manera, con los ojos del alma.
Se encantó de esos brillos, de esa calidez, de esa sonrisa. Y se sintió en casa, aunque no se reconoció por completo... y pensó que los cambios podrían valer la pena.
Mejor dicho, lo afirmó. Y decidió levantar la cabeza que por tanto tiempo había llevado gacha.
Y ahí la dejó, donde todo el mundo pudiera mirarla, donde todos pudieran conocerla.
Hoy es lo que por mucho tiempo espera ser.
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