viernes, 12 de julio de 2013

Espejito, espejito.

Hay vidas que se basan en cuentos. 
Error. Los cuentos se basan en la vida. 

Había una vez... porque si voy a escribir un cuento es obvio que hay que empezar con esa frase. 
Había una vez un alguien, si, un alguien. Que tenía miedo de mirarse al espejo. Al espejo? Si, al espejo.
Espejito, espejito... dime lo que quiero saber, muéstrame lo que quiero ver" 
Este alguien le tenía miedo a esa respuesta, a si mismo. Y aunque el espejo siempre le mostraba lo que él esperaba ver, nunca estuvo conforme... 
 Pero de repente, llego otro alguien (esto con tantos alguienes confunde un poco, anyway...) que le dijo algo muy sabio: 
"Los espejos no muestran la verdad, muestran lo que nosotros queremos ver... y muchas veces, queremos mal, nos equivocamos al confiar en algo tan material, ilusos, sentimos que como lo podemos ver y tocar, es confiable y es lo correcto, lo que nos hará bien. Querido, el espejo miente, la mayoría de las veces"

Y entonces, los alguienes se miraron, cerraron los ojos y se miraron mejor, pero esta vez, sin abrirlos. 


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